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La encuesta en línea entre los miembros del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM) arrojó importantes datos sobre el impacto que tuvo la pandemia de la COVID-19 en el transporte fluvial del Paraguay.
De acuerdo con el informe, la mayor parte de los encuestados (76,5%) realizó cabotaje internacional, a la vez que sólo el 5,9% de los encuestados realizó cabotaje nacional. Mientras que el principal rubro transportado fue graneles sólidos (58,8%), le siguieron los contenedores, que concentraron el 35,3% de los encuestados. En este punto hay que señalar que, las empresas encuestadas podrían seleccionar varias opciones, en otras palabras, pueden trasportar distintos tipos de bienes y, por tanto, la suma de los porcentajes supera el 100,0%.
En el apartado sobre la logística de los puertos en el contexto de la pandemia, el estudio reveló que el 58,8% de los encuestados consideró que se generaron demoras en la actividad portuaria, que pudieron obedecer a diversos factores, por ejemplo, la aplicación de protocolos de seguridad; labores de limpieza y desinfección; ausencias de personal por contagio de la enfermedad, entre otras.
Sobre el último punto, los datos aportados por los encuestados muestran que, entre marzo de 2020 y octubre de 2021, el 64,7% de las empresas tuvieron entre 1 y 10 casos de la COVID-19 en el personal de tierra. En tanto que, dentro de la tripulación, el 35,3% de los informantes registraron entre 1 y 10 casos.
Cabe mencionar que, dentro de los informantes de CAFyM, resalta el caso de una empresa que hace cabotaje nacional que no presentó casos positivos de la COVID-19 entre los miembros de su tripulación.
• Gasto asumido por las empresas navieras
La operación bajo el entorno de pandemia requirió una inversión de recursos monetarios, por parte de las empresas asociadas que garantizara un ambiente seguro para los trabajadores. Ello se evidenció de diversas maneras, entre ellas, a través de la cobertura de la internación del personal enfermo; el pago de pruebas PCR periódicas; uso de hoteles salud para alojar a la tripulación; inspecciones médicas rutinarias; y la contratación de personal adicional para cubrir a los navegantes contagiados por la COVID-19.
En función de los datos aportados por los encuestados, las estimaciones preliminares apuntan a que las empresas erogaron al menos Gs. 47.496 millones (aproximadamente USD 6,9 millones) por los conceptos señalados previamente tal como se puede observar en la infografía.
Sin embargo, este número no consideró pagos de terapia en otros países u otros gastos asociados a pagos de vuelos chárter, que no estaban incluidos dentro del cuestionario de la encuesta. Tampoco las demoras en el zarpe que enfrentaron las embarcaciones, debido al cumplimiento de los protocolos implementados en cada puerto. Acá, cabe recordar que, el costo promedio diario de una embarcación es de aproximadamente USD 8.000.
Lo señalado previamente tuvo un impacto moderado en la estructura de costos de las navieras, según lo señalado por el 52,9% de las empresas encuestadas. En tanto que, para un 17,6% su incidencia fue significativa.
El 76,5% de las navieras encuestadas experimentó un incremento por la implementación de los protocolos sanitarios. También, el 35,3% apuntó que perdió entre 11 y 30 días de operación con la pandemia.
De hecho, hubo empresas que incurrieron en costos asociados a vuelos chárter para el recambio de su tripulación. Los costos de dichos vuelos se ubicaron entre USD 7.000 y USD 11.000, de acuerdo con la cantidad de pasajeros transportados.
• Mercado laboral e importancia de la apuesta del sector naviero
Otro importante apartado de la encuesta estuvo vinculado a la oferta de trabajo. En otras palabras, de la disponibilidad de personal para contratar. Los resultados mostraron que el 70,6% de las empresas encuestadas consideraron que la cantidad de tripulantes disponibles en el mercado de trabajo no resultó afectada con la pandemia.
Más aún, el 81,3% de las empresas que tuvieron casos de COVID-19 reemplazaron al miembro del equipo enfermo con nuevas contrataciones. En este sentido, el 29,4% de las empresas contrató entre 1 y 10 tripulantes; un 23,5% entre 21 y 50 personas. No obstante, también destaca que un 23,5% de las navieras consultadas no requirieron el empleo de personal adicional.
Finalmente, las interrupciones causadas por la pandemia de la COVID-19 no resultaron en retrasos adicionales significativos. Por ejemplo, los puertos que ajustaron sus operaciones registraron demoras menores (hasta seis horas). Además, el reducido número de escalas de los buques en todos los tipos de comercio marítimo y los menores flujos de carga, coadyuvaron a prevenir grandes interrupciones en las operaciones de carga.
Lo anterior, debido a que los servicios portuarios al ser considerados esenciales pudieron seguir operando a pesar del cierre de las economías nacionales. Su personal se estableció como trabajadores esenciales, lo que les permitió participar en las operaciones portuarias diarias, tal como quedó demostrado en el estudio del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (CAFyM).