
Deuda Pública de Paraguay: Descripción, análisis y desafíos
A modo de entender el proceso que ha tenido la Deuda Pública en Paraguay es necesario recapitular eventos puntuales que p ... Leer Más >>
La agencia calificadora de riesgo Standard & Poor’s considera que una calificación crediticia es una opinión educada sobre la probabilidad de que un emisor cumpla con sus obligaciones financieras en tiempo y forma. Además, contribuye a obtener conocimientos de –y acceso a— nuevos mercados, reforzar la transparencia, servir como un parámetro universal, y evaluar y demostrar la calidad crediticia. Sin embargo, S&P aclara que la nota otorgada no constituye una garantía ni un indicador absoluto, pero es una herramienta crucial para los inversionistas en el proceso de toma de decisiones.
A esta definición se le debe agregar la escala de calificaciones. Para el caso de la Standard & Poor’s (suponiendo en números, 21 peldaños) la misma va desde la calificación “D” que representa “Default” hasta AAA, que es la máxima calificación. Fitch Ratings utiliza las mismas nomenclaturas, en tanto que Moody´s Investors Service similares criterios, pero con diferencias en las calificaciones.
La clasificación de Grado de Inversión correspondería a los peldaños 12 a 21. Las notas van desde BBB- hasta AAA. Esta calificación refleja un alto nivel de credibilidad y confianza en la economía calificada. Por tanto, una inversión en bonos emitidos por ese Gobierno se presenta con un bajo riesgo.
En los peldaños 0 a 11 se considerarían como de más riesgo, por tanto, generan mayores retornos a los inversionistas por la mayor tasa de interés cobrada al país emisor. En la jerga financiera, los bonos de emisores con calificaciones menores al Grado de Inversión son llamados bonos basura, mientras que los emitidos por gobiernos con calificación AAA son considerados entre los más seguros del mundo.
De hecho, una mejora en la calificación de riesgo o de crédito se traduce a la posibilidad de que un país pueda acceder a créditos externos con bajas tasas. Muchos países, principalmente emergentes, cuentan con poco o nulo espacio fiscal (situación que se ha visto agravada desde que se desató la pandemia), por tanto, no ahorran o lo hacen muy poco. De esta manera, el financiamiento externo representa una importante fuente de recursos para los gobiernos, especialmente, para la inversión en obras públicas.
Así, la calificación de un país no se limita al impacto que genera en el sector público, sino que también tiene implicancias positivas para el sector privado como el acceso a tasas de interés más bajas. A decir, una mejor calificación disminuye el riesgo país el cual está incluido en la tasa de interés que los bancos extranjeros cobran a las empresas y a las entidades financieras nacionales. A decir, cuando disminuye el riesgo país, en general, puede reducirse la tasa de interés de préstamos en la economía.
Muchos investigadores desacreditan la incidencia que tienen las calificadoras, bajo el argumento que las notas soberanas reflejan los cambios en los diferenciales en lugar de anticiparlos. Pero, en cualquier caso, las calificaciones soberanas representan una herramienta útil para que los inversores internacionales determinen la calidad de inversión de un país.
• ¿Cómo ha sido la calificación de Paraguay?
En los últimos quince años, Paraguay ha obtenido un aumento en las calificaciones otorgadas por parte de las agencias de calificación crediticia más importantes a nivel mundial: Moody´s Investors Service, Standard & Poor’s, y Fitch Ratings.
Los antecedentes dan cuenta que desde el año 2004 en adelante, la calificación ha pasado de B- a la actual Ba1 (Moody’s) y BB+ (Fitch) con perspectiva estable.
De esta manera, Paraguay se encuentra a un peldaño de alcanzar el Grado de Inversión. En tanto que la calificación de Standard & Poor’s para el Paraguay es de BB con perspectiva estable a la última revisión realizada solo meses atrás. Así, el país está a dos lugares del grado de inversión, por lo que debe pasar por BB+ hasta escalar a BBB-, tal como se puede observar en la tabla.
Las tres agencias calificadoras ubican al país en grado especulativo con riesgo razonable. Es decir, la capacidad de pago del país es moderada con riesgo a medio plazo o de posible incumplimiento.
Durante el año 2020, en plena crisis sanitaria, Fitch Ratings había reafirmado la calificación y perspectiva de Paraguay cuando muchos otros países de la región sufrieron una reducción en su calificación de riesgo y grado. Brasil, Perú, Chile y Argentina son solo algunos de los países que han sido afectados en sus perspectivas y hasta en sus notas.
La buena percepción hacia Paraguay había quedado reflejada, en enero pasado, con la demanda por los bonos soberanos paraguayos superior a los US$ 5.000 millones que realizaron los inversionistas y que también se tradujeron a unas bajas tasas.
Es de recordar que en aquella ocasión la colocación total de los títulos de Paraguay fue concretada en dos tramos y había ascendido a US$ 826 millones. La primera transacción fue la de un nuevo bono por US$ 600 millones, a 11 años con una tasa de 2,739%, la más baja a la que el país pudo acceder en toda su historia para plazos comprables. La última había sido en abril de 2020 a una tasa de 4,95%, es decir, representó una reducción de 2,25%.
El segundo tramo consistió en una reapertura del Bono Soberano 2050. La transacción fue a 31 años de plazo y a diferencia de la tasa nominal original de 5,4%, en esta operación, la tasa de interés de reapertura se ubicó en 4,089%. Así Paraguay también obtuvo el mejor costo de financiamiento logrado para plazos comparables.
• ¿Qué ha pasado a un año de la pandemia?
Este año, en mayo y recientemente a finales de julio, Standard & Poor’s y Moody´s Investors Service, respectivamente, también mantuvieron las notas y perspectivas para el país.
En palabras del viceministro de economía, Iván Haas, Paraguay ha demostrado resultados económicos diferentes anclados en su solidez macroeconómica, y fortaleza fiscal.
“Paraguay ha sido el único país de la región capaz de mantener su calificación crediticia y perspectiva en los últimos 3 años, incluso, pandemia de por medio”, expresó Haas.
El informe de Moody’s destaca que las fortalezas crediticias de Paraguay están vinculadas, entre otros aspectos, a la baja carga de Deuda Pública en términos absolutos y relativos. Esto, pese al aumento del 35% del Producto Interno Bruto (PIB) registrado el año pasado y que estuvo explicado por la política anticíclica impulsada por el Gobierno durante el primer año de la pandemia.
Además, la agencia de rating proyecta que Paraguay se expanda 3,5% para este año, un porcentaje que se ubica por debajo a lo pronosticado por el Banco Central del Paraguay (BCP) en su última revisión (4,5%).
Las perspectivas son aún más alentadoras para el año 2022. Moody’s espera que la economía paraguaya crezca 4% lo que supondría superar, incluso, el promedio del crecimiento regional de 3,5% esperado para el mencionado periodo.
En lo que respecta al déficit fiscal, Moody’s estima que se ubicará en 4,0% del PIB, bajo la expectativa de converger a los límites de la Ley de Responsabilidad Fiscal para el año 2023. Para la agencia, los niveles de Deuda/PIB, se posiciona a un nivel por debajo del promedio que se espera para los países con la misma calificación.
• Desafíos y Grado de Inversión
Desde hace algunos años, en Paraguay, se habla sobre las altas posibilidades de que el país alcance el Grado de Inversión, la máxima calificación que representa el grado de confianza respecto a que las obligaciones de deuda que tiene concertadas un país serán cubiertas oportunamente. Es decir, cuán probable es que un país cumpla con pagar su deuda (Comisión Nacional de Valores-CNV).
Y tal como se ha mostrado, Paraguay se encuentra cada vez a menos peldaños de obtenerlo, sin embargo, existen aún algunos ítems considerados por las agencias que deben ser mejorados y en otros casos, reformados, principalmente lo vinculado a los aspectos sociales, políticos y de seguridad jurídica (reglas claras y cumplimiento de normativas). Esto, teniendo en cuenta que los aspectos como la inflación, el equilibrio fiscal, el crecimiento del PIB, el nivel de reservas internacionales y la política de repagos han podido ser relativamente bien manejados en algunos de estos indicadores, es decir, de manera prudente y estable.
Finalmente, el ingreso al principio de las escalas del Grado de Inversión y de riesgo moderado, pondría a Paraguay con una capacidad adecuada y en el radar del mundo. De ahí la importancia de que el país alcance el Grado de Inversión, ya que su imagen y confianza se fortalecerían para la atracción de capital extranjero, la obtención de aún mejores condiciones de financiamiento externo, menor costo financiero a nivel doméstico, que a su vez se traducirán en mayor crecimiento y desarrollo económico y social del país.